domingo, 18 de marzo de 2012

CONSTRUCCIÓN MASIVA

Persigo las balas de cemento tísico transtornando tu rostro
Teatralizo renglones para no demostrarte cadenas
Retomo el camino corto
En un vaso desertivo
Sumergiéndose la
Mar Adentro;

Mantengo la ilucidez de un falo intrínseco
Y si me excedo de faunípelo es solamente
Una selva calata que me irrita al polo;
Intravenoso traficante,
Las guerras combatidas en la Tierra Colorada
Doncellas donantes,
Brazos etéreos levitando, antros que arden
en silencio. Amarrada en la cama
Resistes ínfimas puñaladas,
Cabalgando te crucifico.

Algún mes vendrás a verme y me abrases para trasgredir el freezer vegetativo
de tus palacios,
Deseaste contemplarme aspirar todo erguido bifurcándote sonidos
al oído, sin tu vestido,
Un blanco castillo te inunda de mi mala suerte aquella vía de estrellas como galaxias nítidas,
Mis fósas exhumándose en ti, potros sementales, gotas cálidas sobre un pubis indigente,

La morte vendrá contigo
Y le expenderé de una patada
Con un ex ten so místico látigo
Y un fusilamiento en sus pliegues.

Cabeza de leona apoderándose del mástil empozádo en arenas movedizas de almohadas rosas,
Gargantas empolvadas y secas, restrenos de flashes, un roble enlodando tu labia seminosa.

Joven víctima del inframundo exterior te desnucaré como diablos y sirenas en el techo de mi casa
se desnucan, me contemplan y disparan.

Garúa incolora difuminando un pálido rostro de mujer
¿Adonde acabarse sin servirme de mis neófitas carreteras?
Pequeña muerte resbalándote y te pones ciega,
Me acuerdo...

Rayo de sol alumbrando tu descarada isla desierta como una manchada ave impía.

María, píes, colorina santa de piel tierna y frescamente celestial
Aterrizan cuervos que pican tus ojos, los cóndores tradicionales,
Serpientes como zorras salvajes.

El Ángel espera su turno de incinirar tu brutalidad de ninfa en su dramaturgia del acto amatorio,
Excesivamente endurecido como un verdugo de amantes de barro,
Empuña tus rezos para retornarte
Aborrezco tus cánticos...

Desembocando en ti incontables animalitos
Holgadamente.
 



sábado, 10 de marzo de 2012

ODA A UNA FLOR ROJA

 

Flor ardiente 
Plantada en la tumba etérea 
Volteas para abrirme las puertas

Y ver detrás de tu cabaña.

Lamento de otoño
El jardinero no tiene edad, no memoria
Mira al frente la pared polvorienta
Aterrizando en el Fuego.

Hermana, mía
El rocío se desliza en el brazo del cielo
Anhelando las trompas del ángel
Tiernamente.

El pastor decaerá encima de ti su torrente
Descontrolados en excesivos desgarramientos
Infrenables, intravenosos como jeringas en

Rumbo a la Vía eterna. No me detendré en
Cuanto respires y princesa sufrirás la incrustación
Aguantando para crecer agotando, bebiendo

De Él. Seremos unos bendíta
Y solamente sabemos el secreto

Se acaba el mundo resquebrajando flor cándida tu cadáver. 


PIERO RAMOS RASMÚSSEN

Faraones




Hay un hueco en el interior
Del náufrago
Un vacío piramidal en la balsa
Donde se empozan lágrimas
De la mar.
Sal de desiertos fantasmas;
Sal de mis heridas
Mis manos manchadas, mi cuerpo
Rayado en su costilla con su plumón
En sorna... negro, como un rojo trópico
Un tórax, dos alas, vetusto,
La vía en una isla perdida
Como una colección de cartas
Sin memoria. Dame una red,
Seguiré pescando... Anclado
En la tormenta.

Sí, faraones de falacias, sí
Huellas de pólvora en una concavidad invasiva
Embalsaman al náufrago y mar adentro
No mora nadie. Ni una luz ni una ola.



Piero Ramos Rasmussen 

jueves, 8 de marzo de 2012

No hay pecado


 a Élla...



- Nos juntaremos en el beso nudo
Colgados de una intención, como tumbas
Hermanas
Y en el templo, heridos, anudados
Por las espinas que nos entran hincando
En la nada santa esquina
Cerrarás tus fauces leona. Lluvia,
Para ver este siervo hundirse
En la cabalidad de tus fosas
Como un torrente eclesiástico
Tendrás que seguir mordiéndome.
Es tu lucha. -

- Una doncella perdida en el bosque nocturno
El hombre más rojo aguarda en las sombras
Del Renacu. El vestido decae; acogida
Al rumor del diablo la doncella se adentra
En la sordidez de sus lunas y promesas
Como un ave...
No resiste.
Batalla,
Se tambalea y desfallece. Ante la fiera,
Sus piecitos mancebos se mantienen rígidos
Encima del barro, sudada y fría.
Él la exhuma
La duerme endemoniado en su cabaña.
Penetración, penetración,
La lluvia se empoza en sus raptados
De virgen clavada en cruz
Como un cadáver celestial. - 


Piero Ramos Rasmussen