viernes, 28 de marzo de 2014

Compañera


El cuarto
Engulle dos latidos
Entre otros mil.
Voy por su luz.
Incendio donde el recuerdo
Se calma si llueve muy dentro.
Ha llovido el cielo en tus ojos.
Eres como una dulce protesta  
Cuando cae la noche.
Y sus pequeños ah’, y su espalda quebrada.


Piero Ramos Rasmussen 

viernes, 2 de agosto de 2013

27/07


La vía se refleja en humaredas sobre el asfalto.

Entre tu cortina y la mía, hay un abismo
Acto Alma
Danzas en un bosque acuático
Espiga en ojos desarticulados
-Tan solo esperaba verte entre la multitud
Y en tal exilio entendí que ya no estabas.-

Se asoma una veloz cor-
Tante golondrina que
Atraviesa el tórax del árbol.
Presión
De tus labios cuando te beso y sólo bebo el o2
Contaminado
De los doce meces noches de sueño,
Invierno lacrimógeno.

Entre tu cortina y la mía se transforman astros
Que me consumen y habitan. Me obligan a cometer
Cánticos mas no quiero discutir ni refutarle al ser
Que hay un humano morando tortuosas neblinas
Esperando el aliento de una montaña.

No pueden hacernos más daño, aunque disparen.

¿Y si oyese?
¿Y si nos viera
Diandra mezclada con lo más oscuro del océano?

No era cierto que se cumplirían las promesas, que tarde o temprano
Él escucharía. Mira las calles el país,
Caen las bombas en las plazas y las masas
Comienzan a caer los barristas las señoras del mercado
Luego el del pelo largo frente a un hospital.

He muerto en la espalda donde me deslizaba tocando el sol
Y del fulgor de sus cabellos he resucitado
Respirando bajo las sábanas.

Viajar pelear cantar
Marchar contra los dinosaurios
Ver niños muertos tirar piedras a piezas de títeres
Aceptar mi condición de hombre estancado en el tiempo:
!Seguimos en la calle y volveremos!

¡Ola Música,
Buenas noches Pueblo, Boa noite Fronteiras
Soy escaparate para libros abiertos y fechados
Deambulación consciente, vinagre nocturno!

El mundo se está rebelando
verdugos de las niñas más tristes,
dueños de las bombas de gas.

Piero Ramos Rasmussen

lunes, 1 de octubre de 2012

Sonámbulos



Acércate, estas murallas azules mantendrán animados los ritos 
Secretos.
Ella duerme un cándido y plácido sueño encima de las sábanas teñidas
Y tranquilas.
Él –su esposo- ha tardado viajando lejos, demasiado tiempo, allende al 
Olvido.

Aúllan
durmiendo el espejo de un cuadro insulta el océano.
-El cuarto a oscuras, una silueta moviéndose y sólo las cortinas.-
Y entre la niebla, en la cámara contigua
Espantando las fieras baila y es bella
Con prendas ligeras, ojos sagaces, muy fecunda.

El vaho de las bocas invade este lecho irresponsable.
La marea se hace obra
Incesante el canto de los grillos,
Su presencia camufla otros sonidos.

Un cadáver busca una mano que sostiene rudamente
En la hendidura
Amor
Esgrimiendo, blandeando, esparciendo el charco en caluroso
Desaparecer.

Y después - obviando la culpa-
Vuelves al respectivo número,
Yo quedo en ese lugar
Escribiendo hasta arruinar todo.

Piero Ramos Rasmussen

jueves, 13 de septiembre de 2012

EPIGRAMA

UN AÑO pensé que vendrías
y aprendí gramática y a escribir.
Otro año recordé que vendrías
y me puse a escribir como loco.
Un año más, me dije,
y compuse sonetos y coplas.

Hoy ya sé que no vendrás
y te dedico este epigrama.

domingo, 18 de marzo de 2012

CONSTRUCCIÓN MASIVA

Persigo las balas de cemento tísico transtornando tu rostro
Teatralizo renglones para no demostrarte cadenas
Retomo el camino corto
En un vaso desertivo
Sumergiéndose la
Mar Adentro;

Mantengo la ilucidez de un falo intrínseco
Y si me excedo de faunípelo es solamente
Una selva calata que me irrita al polo;
Intravenoso traficante,
Las guerras combatidas en la Tierra Colorada
Doncellas donantes,
Brazos etéreos levitando, antros que arden
en silencio. Amarrada en la cama
Resistes ínfimas puñaladas,
Cabalgando te crucifico.

Algún mes vendrás a verme y me abrases para trasgredir el freezer vegetativo
de tus palacios,
Deseaste contemplarme aspirar todo erguido bifurcándote sonidos
al oído, sin tu vestido,
Un blanco castillo te inunda de mi mala suerte aquella vía de estrellas como galaxias nítidas,
Mis fósas exhumándose en ti, potros sementales, gotas cálidas sobre un pubis indigente,

La morte vendrá contigo
Y le expenderé de una patada
Con un ex ten so místico látigo
Y un fusilamiento en sus pliegues.

Cabeza de leona apoderándose del mástil empozádo en arenas movedizas de almohadas rosas,
Gargantas empolvadas y secas, restrenos de flashes, un roble enlodando tu labia seminosa.

Joven víctima del inframundo exterior te desnucaré como diablos y sirenas en el techo de mi casa
se desnucan, me contemplan y disparan.

Garúa incolora difuminando un pálido rostro de mujer
¿Adonde acabarse sin servirme de mis neófitas carreteras?
Pequeña muerte resbalándote y te pones ciega,
Me acuerdo...

Rayo de sol alumbrando tu descarada isla desierta como una manchada ave impía.

María, píes, colorina santa de piel tierna y frescamente celestial
Aterrizan cuervos que pican tus ojos, los cóndores tradicionales,
Serpientes como zorras salvajes.

El Ángel espera su turno de incinirar tu brutalidad de ninfa en su dramaturgia del acto amatorio,
Excesivamente endurecido como un verdugo de amantes de barro,
Empuña tus rezos para retornarte
Aborrezco tus cánticos...

Desembocando en ti incontables animalitos
Holgadamente.
 



sábado, 10 de marzo de 2012

ODA A UNA FLOR ROJA

 

Flor ardiente 
Plantada en la tumba etérea 
Volteas para abrirme las puertas

Y ver detrás de tu cabaña.

Lamento de otoño
El jardinero no tiene edad, no memoria
Mira al frente la pared polvorienta
Aterrizando en el Fuego.

Hermana, mía
El rocío se desliza en el brazo del cielo
Anhelando las trompas del ángel
Tiernamente.

El pastor decaerá encima de ti su torrente
Descontrolados en excesivos desgarramientos
Infrenables, intravenosos como jeringas en

Rumbo a la Vía eterna. No me detendré en
Cuanto respires y princesa sufrirás la incrustación
Aguantando para crecer agotando, bebiendo

De Él. Seremos unos bendíta
Y solamente sabemos el secreto

Se acaba el mundo resquebrajando flor cándida tu cadáver. 


PIERO RAMOS RASMÚSSEN

Faraones




Hay un hueco en el interior
Del náufrago
Un vacío piramidal en la balsa
Donde se empozan lágrimas
De la mar.
Sal de desiertos fantasmas;
Sal de mis heridas
Mis manos manchadas, mi cuerpo
Rayado en su costilla con su plumón
En sorna... negro, como un rojo trópico
Un tórax, dos alas, vetusto,
La vía en una isla perdida
Como una colección de cartas
Sin memoria. Dame una red,
Seguiré pescando... Anclado
En la tormenta.

Sí, faraones de falacias, sí
Huellas de pólvora en una concavidad invasiva
Embalsaman al náufrago y mar adentro
No mora nadie. Ni una luz ni una ola.



Piero Ramos Rasmussen