viernes, 20 de noviembre de 2009

El paraíso inalcanzable: Flora Tristán según Mario Vargas

En el año 2003, el autor peruano Mario Vargas remeció la literatura latinoamericana con su novela “El paraíso en la otra esquina”. En esta novela, Mario Vargas muestra la vida de Flora Tristán, luchadora socialista francesa; y de Paul Gaugin, famoso pintor y nieto de Flora. Pero la novela no solo se concentra en la vida de estos dos personajes, sino que trata de demostrar el “fracaso” que sufren los protagonistas al cambiar el rumbo de sus vidas por perseguir un sueño.

El propósito de este ensayo es contar brevemente la historia de Flora Tristán, mostrar su complejidad y las razones que la llevan a optar el camino que toma. Además, interpretaremos el mensaje que Mario Vargas quiere transmitir en la novela y realizaremos una crítica sobre el mismo.

1) Flora Tristán: vida y análisis del personaje.

Flora Tristán fue una feminista, pensadora y luchadora social nacida en Francia. Fue hija de Mariano Tristán y Moscoso, adinerado coronel peruano que luchó por España, y de la francesa Anne-Pierre Laisnay; sin embargo no fue reconocida como hija legítima.

El cambio que marcaría por primera vez a Flora fue el fallecimiento de su padre, quien no solo la dejó al cuidado de su madre, sino que la dejaría en completo estado de pobreza a su corta edad. Este incidente despojaría a la madre de Flora y a la pequeña Flora de todas sus riquezas, pero no de los prejuicios maternos, los mismos que más adelante provocarían el odio de Flora a su madre.

Flora y su madre se trasladaron a vivir a Francia, lugar donde Flora empezó a estudiar en un taller de litografía, el mismo que estaba a cargo del francés André Chazal. André quedó encantado con la belleza de la joven, razón por la que Flora era envidiada por todas sus compañeras; sin embargo André era un borracho atrevido y no gozaba del cariño de Flora, pero la madre de la joven, llevada por los prejuicios sobre su hija bastarda, la convenció que se casara con él.

Durante su matrimonio, André Chazal golpeó y abusó de Flora siempre que pudo, razón que la llevaría a abandonarlo e iniciar un fuerte trauma con los hombres. Sin embargo su compromiso social y el abandono total hacia su familia sucedieron cuando en Inglaterra, trabajando como doméstica de una familia acomodada, conoció la pobreza.

Desde ese momento en adelante, Flora dedicó su vida a la lucha por dos causas que marcaron el resto de su vida: el mejor trato hacia el proletariado y la igualdad entre el hombre y la mujer. Esta lucha no solo la alejó de su familia, sino que la llevó a tomar la decisión de dejar de lado al gran amor de su vida, Olimpia, y a vivir en un mundo de solitaria lucha hasta el día de su muerte.

Mario Vargas nos muestra a una Flora Tristán distinta a lo que nos señalan los libros de historia; nos muestra no a la luchadora, sino a la mujer. Su personaje, con tantas complicaciones y matices, permite analizarlo desde diferentes tipos de vista y sacar diferentes conclusiones sobre sus intenciones, acciones y vida.

Por un lado observamos a Flora de niña, quien sufre el terrible shock del cambio social y deja de ser la niña rica, para ser la hija natural y pobre. Este dramático cambio nos permite presenciar el sufrimiento de una niña en un mundo al que no debería pertenecer, y la poca ayuda (muchas veces negativa) de su acomplejada madre, la misma que provocó el resentimiento y odio hacia ella. Esto nos permite entender que Flora dejó de ser niña a su temprana edad, para enfrentarse a un mundo en contra suya.

Pasando a otra parte importante, presenciamos los conflictos internos de la Flora adolecente, problemas típicos para la época y que marcaron una parte importante en ella. Flora no estaba enamorada de André, incluso lo odió cuando él, sediento de placer, le robó la primera vez. Sin embargo, Flora le escribió cartas de amor en las que contaba como lo “disfrutó” y lo enamorada que estaba. Este conflicto que sufrió Flora, nos permite entender que ella no siempre fue la luchadora social, sino que también vivió y sintió las confusiones que todos sufrimos y que tan poco podemos manejar. Queda claro que “Florita” adolecente, es un personaje con el que muchos se pueden identificar y sentir.

En un plano mucho más complejo encontramos a Flora adulta. Más madura y con la idea de un paraíso para alcanzar, Flora decide deshacerse de su pasado, dejar el amor y su vida; para seguir su ideal y su sueño. Ella demuestra diferentes decisiones, muchas de ellas reprobables; sin embargo, ella las toma porque quiere transformarse en la luchadora social que, según ella, el mundo necesitaba; por eso no tuvo remordimiento en abandonar todo, incluso sus hijos y su gran amor, Olimpia.

En conclusión, Flora Tristán, desde la perspectiva de Mario Vargas, es un personaje lleno de contrastes y de problemas complicados, los mismos que la llevaron a discernir entre lo que quería y lo que debía hacer para llegar a su “paraíso”, a pesar de las consecuencias. Sin embargo, Flora sigue siendo un ser humano, que ama y sufre, y eso es lo que Mario Vargas nos plantea, pues ella no fue solo la política, sino también la mujer.

2) El paraíso inalcanzable: la búsqueda de un sueño imposible.
El compromiso más importante de la novela, en cuanto nos refiramos a Flora Tristán, es la eterna búsqueda de su “paraíso” en la igualdad social. Los motivos que la llevaron a esta búsqueda son debatibles; sin embargo podemos tocar dos puntos importantes en su vida.

El primero fue el terrible maltrato por parte de su marido, André Chazal, quien la golpeaba y abusaba cuanto quería de ella. Este maltrato físico y psicológico la llevó a decepcionarse de los hombres, pero también la hizo tomar una postura importante sobre el respeto hacia la mujer y su rol en la sociedad. Flora se dio cuenta que las mujeres eran igual de capaces que los hombres, pensó que la supremacía del hombre sobre la mujer era retrógrada y barbárico; por eso dedicó su vida a impartir una doctrina de respeto y de igualdad, aunque no fue exitosa.

“La vio tan resuelta, tan fuera de sí, que André Chazal se asustó. Bueno, Florita, resulta que no lo mataste. Más bien, el pobre idiota por poco te mata a ti. Y después de seguir copulándote y embarazándote, y haciéndote parir un segundo hijo (Ernest-Camille, en junio de 1824), te embarazó una tercera vez.” (Vargas 2003: 54).

El segundo motivo (quizá el más importante) fue el paso de Flora como empleada del hogar en Inglaterra. Flora, desesperada y pobre, buscó empleo como empleada doméstica en la Inglaterra aristocrática y se encontró frente a frente al maltrato y a la diferencia de clases. Es allí, en esa casa aristocrática y altanera, donde despertó dentro de ella las ganas de cambiar eso, las ganas de vivir en un mundo donde la igualdad prevalezca y donde no haya que trabajar en condiciones no gratas, tan solo por propinas. Flora se identificó con el proletariado y por el luchó hasta su muerte.

“Pero también sacudía habitaciones, tendía camas, vaciaba bacinicas, y sufría la humillación cotidiana, a la hora de las comidas, de ver que los Spence le reducían las raciones del almuerzo y la cena a la mitad de las que ellos comían. Algunos ingredientes de la dieta familiar, como la carne y la leche, le estuvieron siempre vedados.” (Vargas 2003: 92).

Motivada por estas razones, Flora inició un viaje, escribió libros y buscó impartir sus ideas por toda Francia. Gracias a los mismos logró impartir su ideología en sitios remotos, donde la esperanza del mundo igualitario llenaba los corazones franceses, así como desencantaba a muchos, incluyendo a poetas y sacerdotes.

Flora conoció gente muy interesante en estos viajes, como al monseñor François- Víctor Rivet, quien no estaba de acuerdo con ella, pero la admiraba y adivinaba que su corazón era bondadoso. Gracias a él, Flora decidió instruirse más y se quitó la idea de que todos sus opositores eran ignorantes franceses borrachos.
Flora continuó sus viajes y su lucha, abandonó su vida sentimental y social, para convertirse en la mujer política que tantos adoraban y tanto rechazaban; sin embargo Flora murió y su ideal no fue conseguido. Su paraíso, desde un principio, era inalcanzable.

3) Los sueños, sueños son: El mensaje de Mario Vargas.

El genial Mario Vargas nos narra las en esta novela, su particular forma de ver el “paraíso” para los personajes, siempre mostrándonos sus demonios y sus deseos, a los que él critica de una u otra manera. El mensaje que transmite tiene dos contenidos: uno pesimista y uno político.

El contenido pesimista nos dice que, no importa si tus sueños tienen buena finalidad, si va más allá de la costumbre o lo considerado “normal”, estás destinado al fracaso. Vargas nos dice que uno tiene que ser menos subjetivo y soñador, para que, con metas accesibles, logres conseguir tus sueños, es decir, tu “paraíso” particular.

El contenido político nos muestra la ideología del Mario Vargas actual. Para él, aquellos que no están de acuerdo con el sistema, y se alejan del centro de la modernidad buscando otras perspectivas u otros estilos de vida, están destinados a no ser escuchados y relegarse allí, en su mundo. Eso lo percibimos en sus críticas burlonas a los personajes y a sus finales tan desgraciados, claro, según su punto de vista.

4) Visión particular sobre “El paraíso en la otra esquina”.

Esta interesante obra, como lo mencioné antes, no solo habla de la vida de los personajes, sino que nos deja una duda importante: ¿Flora Tristán encontró su paraíso?

Pues, según Mario Vargas, Flora dedicó su vida a la lucha contra el sistema, olvidó su familia, rechazó las costumbres y murió en soledad; es decir, no lo encontró. Sin embargo, el hecho de haber vivido con un objetivo, con un sueño, y el haber destruido los complejos y el conformismo; podría ser tomado como un sueño, como un paraíso.

En este mundo moderno, en el que todos somos partes de una rutina, la misma que gira y gira como un círculo vicioso que nos atrae y retrasa; muchos nos preguntamos si es que hemos nacido para algo importante, si es que podemos realizar un cambio, o si es que, si quiera, vale la pena soñar. Pues Flora Tristán, a pesar de morir y “fracasar”, tuvo un sueño que seguir, el mismo al que dedicó su vida y su talento, y por el cual sacrificó todo sin remordimientos, pues creía en un cambio, creía que podíamos vivir mejor.

Muchos, como Mario Vargas, pueden pensar que los que se apartan de la rutina y viven el subjetivismo nato del hombre están destinados a fracasar y ser unos inadaptados; sin embargo, para este humilde aprendiz de escritor, el tener un sueño y luchar por él, con ahínco y dedicación, y sin importar el resultado, es ya un paraíso.

William Piero Ramos Rasmussen.





Bibliografía:
VARGAS, Mario
2003 El paraíso en la otra esquina Lima: Editorial Alfaguara

2 comentarios:

  1. JAIME DURANTE SUS ULTIMOS PROGRAMAS ACTUA COMO SI FUERA EL CENTRO DEL MUNDO SE BURLA DEL ESTADO PERUANO CREYENDO Q SE PUEDE LANZAR DE CANIDATO Y POR HABLAR UNA CUANTAS LISURAS Y LA ENTE PROBRE SE RIA LO TIENE, GANADO INCLUSIVE--
    INSULTA AL DUEÑO DEL CANAL BURLANDOSE
    Y NO MUESTRA RESPETO ANTE LAS AUTORIDADES (ALAN) NO IMPORTA LO Q HIZO,PUES REPRESENTA LA AUTORIDAD EN EL PERU Y TIENE Q TENER SU DEBIDO RESPETO LOGICAMENTE SE PUEDE TENER UNA CRITICA SOBRE SU GOBIERNO PERO SIEMPRE GUARDANDO RESPETO Y MAS AUN JAIME RESPETATE A TI MISMO DATE UN POCO DE DIGNIDAD QUEDAAS COMO UN IDIOTA FRENTE A CAMARAS HACIENDO UN BERRINCHE SIN SENTIDO Y SI NO T BOTAN ES POR Q TU JEFE ES UN HUEVO QUE SE DEJA INSULTAR Y UN AMBIIOSO DE MIERDA

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