Se puede sentir los primeros días de sol
del no verano circundante a la capital
las perezosas toallas hundidas
expectantes sobre la arena
heladeros sudorosos cornetean
a ventosas criaturas que
transitan la playa alejando
gaviotas
pateando perros
tumbando sombrillas
Enfrento otro espejismo
como una pista de obstáculos
can al lado
pasamos sin tropezar
creando vorágines
entre grumos de arenilla
toallas rasposas
pisamos la vertiente caldeada
Somos los dos en una carrera
porque Lima se va encendiendo y promete
un año nuevo que será igual
lo olvidaré
dejaré marcas
caerán coronas
yo y una daga punzando el papel
en un duelo aparte que no acaba
y ese balbuceo animal
escapando juntos en la playa
de un fantasma terrible pasado
sólos y enardecidos,
frágiles aliados
ignotos del desierto.
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