miércoles, 15 de febrero de 2012

Vida


Pediría a la corriente de tu voz una respuesta;
Resucitándose al tercer día
Las márgenes que suelo tener
Haciendo un charco de mi pensamiento. El aire,
Lo que respiro no me daña las paredes,
Me aburre el rugir de los crepúsculos, el largo viaje,
Las sirenas me distraen, son vicios efímeros.
Las olas sueltan de mí como retornan
Arrasándose cabos sueltos.

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